
Según "El mundo de las Tapas", la tapa nació a causa de una enfermedad de Alfonso X el Sabio, que se vio obligado a tomar pequeños bocados entre horas, con pequeños sorbos de vino. Una vez repuesto, el Rey Sabio dispuso que en los mesones de Castilla no se despachara vino si no iba acompañado de algo de comida. Por otro lado, si se deja de lado esta anécdota, se puede decir que la tapa surgió, en realidad, por la necesidad de agricultores y trabajadores de otros gremios de ingerir un pequeño alimento durante su jornada de trabajo, que les permitiera continuar la tarea hasta la hora de la comida. El tentempié también exigía vino, porque el alcohol aumentaba las fuerzas para afrontar las tareas del campo o del taller medieval.
La zona más concurrida de la ciudad benaventana para "tapear" son los alrededores de La Mota y la calle Sancti Spíritu. Allí se puede encontrar tabernas dedicadas a toros (por la afición de la ciudad), a molinos o descubrir los mesones con la estética pura castellana.
Localización.